En este nuevo aniversario del inicio de una de las mayores tragedias de la historia de nuestro país, con la irrupción de la Dictadura Cívico Militar en marzo de 1976, los trabajadores Custodios nos movilizamos a Plaza de Mayo.
Con la desaparición sistemática de personas, en su mayoría obreros, pretendieron derrotar a una generación que venía creciendo en conciencia desde los gobiernos y el derrocamiento luego de Juan Domingo Perón en 1955 y con el desarrollo de la Resistencia Peronista que culminó con el triunfo de Cámpora y el regreso de Perón al poder.
El genocidio planificado colocó en el poder a la Oligarquía agro ganadera, a los grandes grupos financieros y a las multinacionales. Barrió con los sindicatos y con la dirigencia más comprometida. Produjo una fenomenal transferencia de recursos desde los sectores populares al capital más concentrado. Se redujo el poder adquisitivo de los salarios, hubo despidos masivos, cierre de fábricas, concentración económica, se quitaron derechos a los trabajadores con la promesa de atraer inversiones extranjeras, comenzó a crecer exponencialmente la deuda externa, se abrió el camino para la privatización de los servicios públicos. Todo en nombre de la eficiencia, de la austeridad, del ingreso al primer mundo y señalado como el único camino y aplaudido por el establishment internacional, como el FMI y otros organismos de crédito.
Por otro parte, el gobierno cívico militar, instrumento de esos grupos y apoyado, entrenado y financiado por EEUU, comienza un proceso de estatización de las deudas privadas de esos grandes grupos. Así por décadas todos los argentinos tuvimos que pagar el costo de la expansión de esos conglomerados privados y extranjeros.
Para señalar un ejemplo que por su actualidad puede ser significativo, el Grupo Macri al comienzo de esa masacre organizada, tenía 7 empresas. Al finalizar la dictadura contaba con 45.
Muchas de las consecuencias del golpe cívico militar del 76 y que luego fueron parcialmente revertidas, vuelven hoy trágicamente a la escena; feroz endeudamiento, pérdida del poder adquisitivo, baja de las jubilaciones y pensiones, desocupación creciente, cierres masivos de fábricas y comercios, extranjerización de la economía, estrepitoso aumento de la canasta básica de alimentos, inundación de artículos importados, injerencia directa del FMI. No es casual. Muchos de esos grupos que participaron del Golpe, hoy son el verdadero poder, tal vez, en algunos casos, con otros actores, por una cuestión generacional.
Por eso marchamos, porque esos sueños de independencia y de Justicia Social, hechos carne con el Peronismo, hoy siguen intactos. Hoy son bandera que guían nuestra lucha para reconquistar y en forma definitiva, una Patria Justa, Libre y Soberana.